viernes, 10 de febrero de 2017

Clara, mi compañera de piso.



Me acaba de independizar y alquilé un piso con dos amigas del barrio. ya nos conocíamos
y había muy buen rollo entre los tres, y tras una rápida mudanza, empezamos a hacer
vida juntos, jugabamos, bebíamos, salíamos de fiesta y lo que suelen hacer los
veinteañeros emancipados. apenas llevabamos dos semanas conviviendo cuando una noche de
fiesta con mis amigos nos encontramos con Clara, una de mis compis de piso.

Clara es morena(aunque se teñía con asiduidad) más o menos 1,60cms de altura. unos
pechos escandalosamente grandes y una cintura de las que da gusto agarrar fuerte entre
empotradas. En cuanto a su actitud, era claramente una cachonda desbocada, ya imaginaba
al irme a vivir con ella que iba a haber bastante "barro"

ella no me vió de primeras, estaba ocupada bailando muy sensualmente con un tío que no
era su novio, yo pasé de problemas y me hice el despistado pero a los 3 minutos vino
Clara a saludarme un poco nerviosa, del otro tío ni rastro, así que al final acabamos
muy borrachos y volviendo a casa andando entre risas.

Poco antes de llegar a casa la conversación fué subiendo de tono, girando alrededor de
lo fuerte que sonaba mi cama cuando estaba follando, que ella se enteraba de todo.
-¿y no te pones cachonda? yo te he oido gemir con tu novio y la verdad es que me ha
gustado- le solté
Clara se rió y se agarró a mi brazo, justo cuanto iba a sacar las llaves de casa
-que cabrón, te la has pelado oyendome follar?-
-Sabes la respuesta, clara- le dije mientras abría la puerta del rellano
-¿y tu novia?- me preguntó.
-lleva 5 días de erasmus y después del polvo que echaste el jueves ya estoy salido
perdido, ¿pensabas que no estaba en casa?
-aayy, ya... me puse como una loca, que este está de curro hasta arriba y hacía dos
semanas que no me follaba, y no creas que me quedé bien agusto, que tenía muchas ganas-
yo ya casi ni la oía, me palpitaba la polla como un loco de acordarme de sus gemidos
ahogados a través de la pared. estabamos en el ascensor cuando le acaricié el cuello y
le empecé a comer la boca, ella me ayudó lanzando su lengua hacia mi boca.  Para cuando
llegamos al septimo piso, su mano ya subía y bajaba por mi polla hinchada bajo el
pantalón vaquero.

Nuestra otra compañera de piso, Luna, ese finde estaba en el pueblo de su novio, lo que
nos vino genial, manoseandonos llegamos al comedor y la tiré sobre su sofá, me
arrodillé ante ella y fuí besando y acariciando sus muslos a la vez que levantaba su
vestido. Clara empezó a gemir tímidamente a medida que me acercaba a su pubis. llevaba
un tanta negro con bordado rojo, marcando una rajita carnosa apretada. no pude evitar
pasarle la lengua por encima del tanga a través de todo su coño, se estremeció fuerte
con un gemido seco, seguí comiendome sus muslos apretados y subiendole más el vestido
que ya le quedó por la cintura. Empezó a decir algo de morbo pero no pudo acabar la
frase por que le volví a pasara la lengua firmemente por su tanga pegado a la piel,
esta vez, acto seguido con una mano lo aparté y tras contemplar durante tres o cuatro
segundos esa rajita rosada con un piercing en el clítoris, carnosa y visiblemente
cachonda. Empecé a comérmela como un loco, con avaricia. mientras Clara se sacaba las
tetas del vestido y me agarraba la cabeza con la otra mano, como pidiendome más y más.
le di hasta que se corrió en mi boca, tenía el coño tan empapado como mi barbilla, me
levanté y que bajé el pantalón y calzoncillo, a lo que Clara me ayudó gustosa.

-buuff, la tienes bastante más grande que mi novio, estás ganando puntos --- susurró
Clara poco antes de agacharse y llevarse mi polla a la boca.
ya solo por como me agarró las pelotas mientras me lamía el falo ya supe que iba a ser
una mamada de órdago, la cual mejoró cuando embutió mi polla entre sus generosas tetas.

después se empeñó en comersela entera y le tuve que ayudar un poco con mis manos, lo
consiguió sin problemas, así que le follé la carita durante unos instantes.
al sacarle la polla, entre jadeos me pidió que se la clavará entera, la levanté la puse
a cuarto patas en el sofá y me acerqué a ella reposando mi polla larga sobre su coño
empadado y caliente.

Empecé a presionar su rajita con mi capullo hasta que cedió y entro un tercio de polla
de golpe, empezamos a ponernos burros y a los pocos segundos ya estaba clavándosela
entera a fuertes empotradas mientras ella se sujetaba al sofá como podía.

Se corrió muy fuerte, dejamos sus muslos y parte del sofá empapados. Mientras aún
jadeaba la levanté y me senté en su lugar, entre jadeos se acomodó encima de mi,
alojando mi rabo gracilmente en su húmedo coño para luego cabalgar mi polla como una
jabata, al rato de un vaivén de pelvis chocando le avisé de que me iba a correr, pero
ella también se iba a correr, así que no paró y descargué toda mi leche bien profundo
en su coño mientras movía la pelvis a espasmos bien pegada a mi. Yo me todavía estaba
agarrando sus tetas con firmeza y llevándomelas a la boca cuando se levantó de mi
polla, se puso delante de mi y dijo:
-esto ha sido un calentón tonto o me vas a dar más de esa polla tan rica alguna vez?-
mientras lo decía me agarraba el miembro con morbo, todavía duro como una piedra.
-Discretamente, supongo- espeté
-Muy discretamente- afirmó Clara.

Después nos fuimos a su cuarto a ver algún video erótico y volver a follar, esa vez le
dejé las tetas llenas de leche calentita. De esta manera empezamos una "relación"
bastante morbosa que llevamos en secreto, nunca nos descubrieron aunque alguna vez
estuvieron a punto. La cosa duró un año y dió para algunas historias picantes que iré
contando de vez en cuando.

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